La creación de contenido
En anteriores ocasiones hemos hablado sobre la creación de contenido. La importancia de crear post útiles para nuestra audiencia, diseños que capten su atención, que se adapten a sus gustos y a su lenguaje. También hemos insistido en la frecuencia de las publicaciones. De nada sirve publicar mucho durante un mes y luego estar sin publicar nada. Tu audiencia se olvidará de ti y todo lo anterior no habrá servido para nada.
Las redes sociales se han convertido en una valiosa forma de interacción con nuestros clientes, no solo podemos hablar con ellos de forma directa a través de los mensajes directos, sino que tenemos la oportunidad de aparecer en su feed. Esto quiere decir que aparecemos de forma frecuente en su pantalla de inicio. Así pues, nos tendrán más presentes a la hora de realizar sus compras.
Si encima conseguimos elevar la tasa de engagement, es que somos los reyes de la creación de contenido. Esto se refiere a la interacción real de nuestros seguidores con nuestra empresa. Es decir, si nos dejan comentarios, me gustas, comparten nuestras publicaciones, se las guardan… Si tenemos un engagement elevado quiere decir que a la audiencia le está gustando el contenido.
La analítica
A menudo se habla de la planificación que supone la creación de contenidos. Cierto es que supone una indagación de información, la redacción, el diseño y la publicación. Pero la última parte es la más olvidada y es la analítica.
Toda creación de contenido trae consigo una serie de resultados. Y nuestra misión es saber interpretar esos datos y traducirlos a acciones. En pocas palabras, saber si la acción realizada ha supuesto un éxito o un fracaso. Y con ello, plantear una nueva estrategia.
Los datos son la fuente para crear un diseño predictivo. La interpretación de estos datos debe ser nuestro eje central como empresa. En nuestras manos está construir una marca fuerte y que no se convierta en una compañía más con contenido original sí, pero vacío.
La herramienta: Google Analytics
Google Analytics es una herramienta de analítica web muy completa. Nos facilita información básica pero muy útil como el número de visitas que recibe nuestra página, duración media de la visita, informes geográficos y demográficos, el porcentaje de conversiones que recibe la página, comportamiento de los usuarios en el proceso de compra…
Si realizamos un buen análisis conoceremos mejor a nuestro cliente, por lo cual las estrategias futuras las adaptaremos a ello.
El verdadero problema es que esta herramienta nos facilita muchos datos. Pero…¿sabemos interpretarlos? Lo primero que tenemos que tener en cuenta es que su funcionamiento se basa en tres variables: Javascript, las cookies y el navegador. Así pues, registra toda la actividad del usuario desde que llega hasta que abandona el sitio web. La recopilación se realiza a través de Java, se crean unas cookies en el ordenador del visitante y se envía la información a la herramienta. A continuación, se procesan los datos transformándolos en campos. Después se aplica la configuración para controlar cómo aparecen los datos y por último se generan los informes. Este último paso es el más visible pero debemos comprender cómo se han generado. Porque sino lo único que veremos son gráficas y datos perdidos sin saber de donde proceden.
La última actualización de Google Analytics
La herramienta lleva ya años conviviendo con nosotros. Actualmente, estamos ante la versión 4.
Las diferencias respecto a versiones anteriores es que esta está basada en inteligencia artificial. Pueden alertar automáticamente a los especialistas en marketing sobre la tendencia de los datos. Básicamente se ha convertido en una herramienta que precisa más sobre la predicción que sobre el propio análisis.
Los informes son mucho más detallados ahora, la compañía afirmó “Se puede ver qué canales están generando nuevos clientes en el informe de adquisición de usuarios, luego usar los informes de participación y retención para comprender las acciones que toman estos clientes y si se quedan después de la conversión”,
El objetivo final es que los analistas puedan adquirir un conocimiento mucho más amplio sobre la interacción del usuario con el dispositivo y el negocio.
A su vez, permite funciones sin código. Esto permite una medición en tiempo real de las acciones en el sitio, sin tener que agregar código o configurar eventos a través de Google Tag. Por otra parte, el control de datos será más granular. Esto quiere decir que las webs deberán obtener el consentimiento para recopilar datos analíticos, por separado los de los anuncios y los de análisis.
De cara al futuro, se plantea un análisis sin cookies. Se basará en el aprendizaje automático para llenar las lagunas de datos. Enfatizarán menos sobre el análisis y más sobre el comportamiento del usuario.
El futuro
No sabemos qué nos deparará el futuro pero lo que sí tenemos claro es que vamos camino a una sociedad donde los datos se ceden sin conocimiento. Entras a una página web y automáticamente lo saben absolutamente todo sobre ti.
La forma de hacer marketing ha cambiado tanto estos últimos años que han pasado de estar centrados en ofrecer un producto de calidad a ofrecer exactamente lo que el cliente quiere. Pero no solamente lo que quiere, sino cuando quiere y donde quiere.
Por eso ha cobrado tanta importancia la información. Porque para poder saber los gustos y preferencias del consumidor primero hay que conocer a este y para ello es necesario la recopilación y análisis de datos.
Google Analytics es una herramienta súper potente y además, gratuita. No obstante, para sacarle el máximo partido hay que saber utilizarla. Así que, si de verdad quieres un análisis profundo, contacta con un profesional en la materia.